DORMIR DESPIERTO
Más que a los caídos aquel trágico 11 de Septiembre de 2001 em New York, E.U.A., (víctimas inocentes de un país insano), a las muertes en el mundo en manos del terrorismo.
Esos tus pasos de plomo pisotean una dignidad ya de por sí maltrecha, lloraron nuestros ojos ante tu fuerza inmensa que literalmente desterró la tranquilidad de nuestras vidas.
Las bofetadas en el rostro de un país cercano duelen más al mundo que las ráfagas a sus espaldas, el terror hizo presa a la mañana y ahogó en miles de lágrimas toda una nación que se levantaba como dos brazos largos que buscaban rasguñar el cielo.
El polvo de tus alcanzanubes nos ha cubierto los rostros como las arenas de un recuerdo marchito que se nos escapa por entre los dedos de la memoria; la imagen derrumbada en nuestras concepciones absurdas de conciencia, paz y solemnidad, hoy, han vuelto sus caras a un kamikaze para besar sus mejillas cual venta bíblica, disfrazada con una manta en su cuerpo como cubriéndose del dolor del frío de un mundo aparte.
Ahora somos pobres víctimas de una mente sin equilibrio y de una nación que siempre ha buscado robar a Dios el cielo, el aroma a las flores y el alma a la vida, aunque ahora, tras su madriguera, ha dividido al mundo entre santos y demonios, y ha malbaratado en nombre de la paz el honor de sus hombres de guerra, arrojándolos a un colmenar de balas, muerte e inconciencia.
El planeta estalla mientras lloramos nuestras penas, estamos en pie de guerra ante la adversidad que nos confunde como niños ante la muerte, y si ése es el camino rumbo a la paz, será un camino largo donde apenas pasaremos uno a uno, y donde morir quizá será ... DORMIR DESPIERTO
Omar González Vázquez. 8 / Noviembre / 2002.
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